Cualquier agente inmobiliario le hablará de los factores más obvios a la hora de decidirse por una propiedad. La ubicación, el tráfico, la delincuencia e incluso el fracaso escolar son algunos de ellos. Pero, ¿qué hay de los factores más difíciles de ver? ¿Qué puede hacer que un comprador entusiasta se convierta en reticente o, peor aún, pierda totalmente el interés por la compra?
¿Importa más hoy en día tener una mala cobertura de móvil que tener un nombre de calle vergonzoso? ¿O es la eficiencia energética lo que más importa a los fanáticos del reciclaje?
La últimas investigaciones de los especialistas del mercado Vender más es una lectura muy interesante. Tal vez sea un signo de los tiempos que corren, pero los problemas de antaño están siendo sustituidos por una nueva lista de posibles problemas que harán huir a los compradores.
"¿Cómo son los vecinos?"
Una pregunta asesina que la mayoría de los posibles compradores de vivienda dejan caer en la conversación. Y no es para menos, ya que los vecinos ruidosos encabezan la lista. Un gran 70% número de personas desistiría de comprar una casa si descubriera que los vecinos no son muy amables.
Puede que sea el síndrome del inglés Home is his Castle, pero el descubrimiento de vecinos ruidosos es tan aterrador que la mayoría de nosotros daríamos la propiedad por perdida en ese mismo instante. Los vecinos que hacen fiestas a altas horas de la madrugada, se pelean a gritos con regularidad o acaban de enseñarle la trompeta al pequeño Justin podrían literalmente rebajar en decenas de miles el valor de la casa de al lado.
El ruido de los aviones es una de las molestias más recientes. Más de 40% de los encuestados retirarían una oferta y 34% la reducirían si este tipo específico de ruido fuera un factor en el vecindario. Supongo que ahora se entiende la angustia de quienes viven bajo las rutas de vuelo de Heathrow y temen la llegada de otra pista de aterrizaje a su barrio.
La lista de posibles escollos es bastante extensa. Puede que, como nación de propietarios, cada vez seamos más quisquillosos a la hora de elegir la casa de nuestros sueños, a pesar de que nos hablen de una constante escasez de viviendas.