Se calcula que hay más de 9 millones de personas con problemas de audición en el Reino Unido (fuente: Action On Hearing Loss (RNID), encuesta de 2005). Las principales causas de la pérdida de audición están relacionadas con la edad y el ruido, muy en línea con otros países occidentales. La gran diferencia es que, mientras que la pérdida de audición relacionada con la edad es un proceso natural contra el que poco podemos hacer, no ocurre lo mismo con la pérdida de audición inducida por el ruido.
¿Por qué se produce la pérdida de audición inducida por el ruido?
Una parte fundamental del oído interno es la cóclea, que alberga miles de diminutas células ciliadas, encargadas de enviar señales a través de las fibras nerviosas para que el cerebro las interprete como sonido. La exposición prolongada a ruidos de gran volumen puede provocar la muerte de estas células, con la consiguiente pérdida de audición. Una vez dañadas las células ciliadas, la pérdida de audición resultante será permanente, ya que estas células son incapaces de regenerarse. Cuando se habla de pérdida de audición inducida por ruido, hay dos factores principales que contribuyen al nivel de pérdida de audición:
- El nivel de ruido medido en decibelios
- Cuánto duró la exposición al ruido
Nunca es demasiado tarde para intentar prevenir la pérdida de audición debida a la exposición al ruido. En el lugar de trabajo, las zonas con sonidos superiores a 85 dB (decibelios) deberán ser objeto de controles de reducción del ruido.
Prevención de la pérdida de audición inducida por el ruido
La reducción y prevención de la pérdida de audición causada por la exposición al ruido en el lugar de trabajo se introdujo como objetivo gubernamental en 1989 en virtud de la "Work Regulations act of 1989". La nueva legislación introducida en 2005 y aplicada a partir de 2006 puso aún más énfasis en la prevención de la pérdida de audición en la industria del Reino Unido. Establece claramente que los empresarios tienen la obligación de prevenir o reducir los riesgos para los empleados derivados de la exposición a niveles elevados de ruido en el trabajo.
Reducir la posibilidad de pérdida de audición por ruido requiere una combinación de pasos más que una simple solución. Entre ellas se incluyen medidas preventivas en forma de evaluaciones del nivel de ruido mediante sonómetros y otros instrumentosPara ello, se deben establecer directrices y procedimientos de seguridad claros, ofrecer a los trabajadores la posibilidad de someterse a pruebas auditivas periódicas e investigar si es posible utilizar maquinaria más silenciosa. Un paso importante tras la evaluación del nivel de ruido es hacer obligatorio el uso de protección auditiva. Las formas más comunes son los tapones y las orejeras.
Tapones para los oídos: Normalmente tienen una reducción de decibelios en el techo superior de 20 dB a 28 dB. Están disponibles en versión desechable o a medida.
Orejeras: Normalmente, la reducción de decibelios en el techo superior es superior a la de los tapones en función de su norma. Las orejeras pueden utilizarse junto con los tapones, ampliando así la reducción de decibelios en el techo superior.
Cuando se utiliza cualquier tipo de protección auditiva, debe permitirse el paso de cierto nivel de sonido. El aislamiento acústico total en algunos entornos puede conllevar otros riesgos para la salud y la seguridad.
La pérdida de audición inducida por el ruido puede prevenirse. La exposición a ruidos perjudiciales puede causar daños irreversibles en la audición de una persona. La solución suele ser una combinación de pasos que empiezan por medición del nivel sonoro y ayudados por el uso de protección auditiva.
Artículo escrito Joan McKechnie BSc Hons Audiology & Speech Pathology. Joan trabaja para Audición directa.
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