¿Cómo funcionan las alarmas contra niños?

Es posible que haya visto una historia que circula por Internet recientemente...sobre cómo un padre denunció a su vecina ante el ayuntamiento después de que instalara una supuesta alarma antimosquitos para silenciar a sus hijos cuando jugaban. El Sr. Weldon, padre de seis hijos, declaró que la situación hacía que su familia se sintiera "prisionera en su propia casa", después de que el uso de la alarma antimosquitos provocara gritos de dolor en sus hijos y les impidiera salir a jugar. La vecina que instaló la alarma, la Sra. Cooper, alegó en su defensa que la alarma sólo se utilizaba cuando sentía que su propiedad estaba en peligro y que el ruido emitido por la alarma sólo podía ser oído por niños y jóvenes. Pero, ¿cómo funcionan estas alarmas contra mosquitos? ¿Por qué los adultos no oyen el ruido y por qué parece que estas alarmas sólo afectan a los niños?

Las alarmas antimosquitos o aniños funcionan emitiendo un sonido de frecuencia superalta que sólo pueden oír los niños y los jóvenes. No es tan alto como el sonido producido por un silbato para perros, pero el principio es el mismo. La ciencia que hay detrás es bastante fácil de entender y, afortunadamente, no hace falta un doctorado en física o acústica para explicarla.

Los humanos nacemos con la capacidad de oír toda una gama de frecuencias, pero como ya he aludido, nuestro oído no es el mejor de todos los seres vivos. Los perros, por ejemplo, pueden oír sonidos de frecuencias mucho más altas que los humanos. Si entendemos el sonido simplemente como una cadena de presiones de aire cambiantes causadas por ondas sonoras de mayor o menor frecuencia, entonces podemos comprender que los oídos de los perros puedan detectar cambios más sutiles en la presión del aire, lo que significa que pueden oír sonidos de mayor frecuencia. Además, los perros tienen 18 músculos en los oídos (frente a los seis de los humanos) y los tímpanos son más largos, lo que contribuye a afinar los sonidos que oyen.

A medida que el ser humano envejece, su capacidad para oír sonidos de alta frecuencia disminuye, ya que se produce un proceso natural llamado presbiacusia, que se refiere al envejecimiento y muerte de las células de los oídos. Con menos células, los oídos no pueden funcionar al 100%, lo que provoca una pérdida de audición. Un ser humano sano tiene capacidad para oír sonidos de entre 0,02 y 16 kHz; estas alarmas contra niños emiten un sonido de 17,4 kHz, por lo que incluso en el mejor momento de salud auditiva, estas alarmas son increíblemente difíciles de oír. Sólo los humanos más jóvenes, con el mayor número de células auditivas sanas, pueden detectar estos sonidos, razón por la cual no afectan a las personas mayores.

Si quieres poner a prueba tu capacidad auditiva y comprobar lo vivas que están las células de tu oído, mira este vídeo y comprueba cuánto tiempo tardas en no oír nada. Lamentablemente, yo sólo llegué hasta 14,06 kHz, lo que significa que oigo menos que el ser humano medio. Asegúrate de no tener el volumen demasiado alto.