Quizá lo recuerde de principios del año pasado, Escribí un artículo sobre el caso de un viola de la Royal Opera HouseChristopher Goldscheider, que afirma haber sufrido daños auditivos irreparables debido a una afección conocida como "choque acústico", mientras ensayaba para una representación de la famosa obra de Wagner Die Walkure. El afectado, Christopher Goldscheider, estaba sentado frente a la sección de metales de la orquesta, cuando el nivel de ruido alcanzó la asombrosa cifra de 132 dB. El caso del Sr. Goldscheider se centró en el hecho de que la ROH no le proporcionó la protección auditiva adecuada, lo que le provocó el denominado shock acústico.
El caso, que comenzó en 2012, llegó a su fin el año pasado cuando el Tribunal Superior falló a favor del Sr. Goldscheider, una sentencia que, a día de hoy, sigue sin tener precedentes por dos razones principales. La primera es que era la primera vez que un juez del Reino Unido examinaba en detalle las responsabilidades que organizaciones como la Royal Opera House tienen para con sus músicos e intérpretes en materia de salud y seguridad. La segunda razón por la que esta sentencia fue tan importante es que marcó la primera vez que el choque acústico había sido reconocido como una condición que puede ser compensada por un tribunal.
Cuando se dictó la sentencia en 2018, se informó de que la Royal Opera House estaba "decepcionada" con el resultado, tanto que lanzaron un recurso ante el Tribunal de Apelación del Reino Unido, que el 17 de abril de 2019 perdieron.
Según la BBCEl Tribunal de Apelación falló "unánimemente" que la ROH no había tomado medidas para proteger la audición del Sr. Goldscheider y que no había aplicado medidas de control del ruido hasta después de su lesión. En su recurso, la ROH alegó que, por la propia naturaleza del trabajo que realizaban sus músicos y de la música que interpretaban, era inevitable que se produjera cierta pérdida de audición y, por tanto, justificable. El Tribunal de Apelación rechazó esta alegación.
La desestimación del recurso presentado por la ROH marca un cambio significativo en la forma en que se tratarán en adelante los casos de esta naturaleza. Para muchos profesionales, sigue existiendo cierto escepticismo sobre la validez de las afirmaciones de que el choque acústico fue lo que causó las lesiones del Sr. Goldscheider. La Dirección General de Salud y Seguridad del Reino Unido describe el choque acústico como una afección relacionada "con incidentes de exposición a sonidos de corta duración, alta frecuencia y alta intensidad a través de auriculares telefónicos". La definición continúa diciendo:
"No se ha establecido si los síntomas notificados están causados directamente por la exposición a estos sonidos inesperados. No existe una causa única clara de estos incidentes, pero una de las causas puede ser la interferencia en la línea telefónica". - http://www.hse.gov.uk/noise/acoustic.htm
Ahora que se ha sentado un precedente, es probable que se presenten muchos más casos similares al del Sr. Goldscheider ante los tribunales de todo el país. Se cree que este precedente podría ser peligroso, ya que todavía se desconoce la naturaleza exacta del choque acústico y sus causas, y no se ha alcanzado un consenso médico. A muchas organizaciones como la ROH les preocupará que las sentencias de casos similares puedan ir en su contra, basándose en una condición que no se comprende del todo.
En todo caso, el caso del Sr. Goldscheider ha puesto de relieve el hecho de que todos los empresarios son responsables de la seguridad de sus empleados, independientemente del sector en el que operen, y que incluso las organizaciones más insólitas pueden sufrir problemas de ruido. Todas las empresas tienen la obligación de controlar los niveles de ruido en cualquier entorno de trabajo, ya sea un locutorio, una fábrica o, como hemos visto, una sala de conciertos. También destaca algo muy importante: las implicaciones para la salud y la seguridad de las personas que asisten a conciertos, actuaciones y otros entornos ruidosos, como bares y discotecas. Aunque los locales no tienen ninguna responsabilidad ante las personas que los visitan, es importante destacar que todas las personas que trabajan o disfrutan de un entorno ruidoso deben tomar las medidas necesarias para protegerse de afecciones como el tinnitus y la hiperacusia, ya sea utilizando tapones para los oídos o simplemente alejándose de los altavoces y amplificadores.
Sobre la sentencia del tribunal, el Sr. Goldscheider dijo:
"Todos queremos encontrar la manera de participar y compartir la experiencia de la música en directo de forma segura y accesible, y espero que las orientaciones que el Tribunal de Apelación ha dado en mi caso ayuden a otros".